miércoles, 31 de diciembre de 2008

Relentless -Part TWENTY-Roni Coleman

domingo, 28 de diciembre de 2008

Comer demasiado por la noche

Comer demasiado por la noche

La sensación de inapetencia durante la mañana y de gran apetito en la cena y por la noche caracterizan el síndrome del comedor nocturno

Las personas que sufren el llamado "síndrome del comedor nocturno" (night eating syndrome) tienen diversos puntos en común: inapetencia durante la mañana, incluso apenas comen en la primera mitad del día, y fuerte apetito en la segunda parte de la jornada. Esto les conduce a comer demasiado en la cena y durante la noche. A estos síntomas se suman otros, como el insomnio y los frecuentes despertares nocturnos, acompañados en muchos casos por la sensación de hambre y la necesidad irrefrenable de comer.

En las consultas de dietética y también en las de psiquiatría encontramos personas con un comportamiento alimentario anormal muy definido. Cuentan con preocupación y angustia cómo el momento del día en el que sienten que pierden el control por la comida es durante la noche, no exclusivamente a la hora de la cena, sino en el transcurso de la noche. Son personas que sufren insomnio y se despiertan varias veces con sensación de tener mucha hambre (hiperfagia), lo que les lleva a levantarse de la cama y comer. Se trata de un trastorno del comportamiento alimentario caracterizado por una desincronización de los patrones de ingesta de alimentos, que se observa en un elevado porcentaje de personas obesas.

Pequeños tentempiés nocturnos

Al comer a esas horas, el organismo concentra su energía y sus esfuerzos en el proceso de la digestión, lo que perturba el sueño y hace que sean tan habituales los despertares nocturnos; así se consolida el círculo vicioso. A este comportamiento característico se suma la anorexia, entendida como falta de apetito que sienten durante la mañana e incluso durante la primera mitad del día.

Se trata de un trastorno del comportamiento alimentario que se distingue claramente por varios aspectos como el momento concreto de la ingesta (sólo por la noche); la ausencia de acciones compensatorias (vómitos, uso de laxantes y diuréticos y porque la ingesta de alimentos, aunque se haga en repetidas ocasiones a lo largo de la noche, consiste en pequeños tentempiés en cada ocasión. Ahora unas pocas galletas, luego un vaso de leche, más tarde una loncha de jamón con pan...


Riesgo evidente de obesidad

Aunque el consumo de alimentos tras cada "despertar" no es excesivo, si el hábito se acentúa, con el tiempo este consumo de energía de más se traduce en aumento de peso, que puede ser el primer paso para el desarrollo de obesidad.

En la investigación, llevada a cabo desde el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania, en EE.UU., se observaron diferencias sustanciales en el patrón de consumo alimentario entre el grupo control y el grupo de pacientes con síndrome de comer por la noche. Los investigadores comprobaron cómo la ingesta de energía en las primeras ocho horas del día (de las seis de la mañana a las dos del mediodía) suponía un promedio de tan sólo 575 kcal en los 46 pacientes con síndrome frente a las 1.082 kcal de los 43 pacientes obesos del grupo control.

Para ser conscientes del poco consumo de alimentos durante esta primera parte del día, cabe decir que las 575 kcal se pueden alcanzar con la ingesta de un desayuno que incluya un vaso de leche entera con café y azúcar, un sándwich de jamón y queso manchego y un vaso de zumo de naranja.

En el estudio, tras analizar la ingesta alimentaria de la segunda mitad del día (desde las dos del mediodía a las diez de la noche), no observaron diferencias relevantes, mientras que sí hubo un cambio reseñable en el consumo alimentario entre ambos grupos por la noche. Mientras que la ingesta energética en las últimas ocho horas (de las diez de la noche a las seis de la mañana) en los pacientes con síndrome rondaba las 600 kcal, en el grupo control tan sólo fue de alrededor de 120 kcal.

Un dato relevante es que la ingesta total de energía a lo largo de todo el día fue prácticamente similar en los dos grupos. Tras analizar los resultados se observa la asociación tan evidente que existe entre este trastorno y la obesidad. Cerca de la mitad de los pacientes diagnosticados con este síndrome tenían un peso normal antes de la aparición del trastorno alimentario, lo que induce a pensar que este trastorno condiciona y/o favorece de manera relevante la aparición de la obesidad.

Según diversas investigaciones internacionales llevadas a cabo entre la población norteamericana, la prevalencia de este trastorno alimentario es muy superior en personas obesas (8-27% según distintos estudios) respecto a personas no obesas (1,5%), si bien se precisan más estudios epidemiológicos sobre esta problemática para conocer con más precisión la prevalencia real de este trastorno.

REGISTRO DE ALIMENTOS

A la hora de establecer un diagnóstico claro del síndrome de comedor nocturno se requiere que la ingesta de alimentos después de la cena suponga como mínimo la mitad de la ingesta de energía diaria. La manera de conocer con la máxima precisión esta información es que la persona anote todo lo que come a lo largo del día.

Este tipo de análisis consiste en anotar a lo largo del día todos los alimentos ingeridos, de la forma más detallada posible en lo relativo a cantidades, tipo de alimento o modo de preparación, junto a la hora o el momento del día de su consumo. En el tratamiento multidisciplinar de los trastornos de la conducta alimentaria, tanto el psiquiatra como el psicólogo y el dietista coinciden en la utilidad de anotar al lado de los alimentos ingeridos los sentimientos o las sensaciones experimentados en el momento de la ingesta o de la elección de cada alimento (tristeza, euforia o aburrimiento, entre otros).

sábado, 27 de diciembre de 2008

Biscotes y pan de molde

Biscotes y pan de molde

En general, este tipo de pan tiene más grasa, más azúcar y más calorías que el de barra

- Imagen: -

Los panes de molde y los biscotes son considerados especiales. Por ello, la legislación permite la adición de mayor variedad de ingredientes que en el pan de barra, como azúcares y grasas vegetales, entre otros. Esto se traduce en un incremento de su valor energético. Conviene revisar el etiquetado nutricional de los biscotes y del pan de molde antes de adquirirlos, ya que los ingredientes empleados en su elaboración pueden incrementar su valor nutritivo y energético.

Diferencias nutritivas

Existen diferencias nutritivas, principalmente en el contenido graso, entre unas marcas comerciales y otras pero, por lo general, los biscotes y los panes de molde contienen algo más de grasa que el pan de barra. De término medio, 100 gramos de biscotes tienen alrededor de 5 gramos de grasa (el pan de molde algo menos, unos 3 gramos por 100 gramos), frente a los 1,6 gramos presentes en la misma cantidad de pan de barra.

Tanto la cantidad de grasa añadida como el tipo (grasas vegetales de origen desconocido, aceite de girasol o aceite de oliva en recientes versiones de pan de molde) depende de la marca comercial, de ahí que sea importante revisar la etiqueta y la lista de ingredientes de cada producto.

Pese a tener un poco más de grasa, el valor energético del pan de molde es similar al del pan de barra

Si a esto se suma que la cantidad de azúcar presente en los biscotes y el pan de molde (alrededor de 3 gramos/100 gramos) también supera a la presente en el pan de barra (1,8 gramos/100 gramos), es fácil imaginar que el valor calórico de los primeros supere al del pan de barra. Concretamente, 100 gramos de biscotes aportan alrededor de 380 calorías, frente a las 240 de similar cantidad de pan de barra. Curiosamente, el valor energético del pan de molde es similar al del pan de barra, pese a tener el primero algo más de grasa. El motivo es que el pan de molde tiene menos proteínas e hidratos de carbono.

También hay variedades de biscotes y de pam de molde imtegral que por su mayor contenido en fibra (en algunas marcas, el doble respecto a las versiones no integrales) resultan muy útiles en caso de estreñimiento. Además, la fibra tiene la cualidad de aumentar la saciedad, por lo que ayuda a controlar el apetito si se sigue una dieta de adelgazamiento.

Biscotes bajos en sal y en azúcar

Estos productos a los que se han modificado sus ingredientes añadidos (grasa, azúcar o sal) se disponen para permitir la máxima variedad, en particular para todas aquellas personas en situaciones especiales, como la dieta hiposodica, retención de líquidos o trastornos cardiacos o renales; con dietas con control de azúcares para personas con diabetes .

La importancia del pan en la dieta

El pan, tanto el de barra como el tostado, es un alimento rico en hidratos de carbono complejos entre los que destaca el almidón. Los hidratos de carbono son nutrientes que aportan al organismo la energía necesaria para poder llevar a cabo todas sus funciones vitales y además, poder desarrollar las actividades correctamente. Uno de los mitos más conocidos en torno a la alimentación es el que dice que tanto el pan como otros alimentos ricos en hidratos de carbono (pasta, arroz, patatas o legumbres) poseen un elevado contenido calórico y que, por tanto, es conveniente reducir su consumo o eliminarlo en caso de que se sigan dietas de adelgazamiento.

Lo cierto es que todos estos alimentos, además de ser fuente de energía para el organismo, apenas poseen grasas, por lo que su valor calórico no es tan elevado como se cree. Además, una dieta equilibrada requiere que entre el 50% y el 60% de las calorías totales provengan de los hidratos de carbono. De este modo, se impide que las proteínas y las grasas se empleen como fuente de energía, y se permite que puedan llevar a cabo sus importantes funciones en el organismo.

Importante:Recordad que el pan industrial tiene unos valores de grasa y sodio superiores al pan de barra(pan blanco).


Valores por 100 gr de producto . Energia(kcal)-Proteina(gr)-Carbohidratos(gr)-Grasas(gr)Sodio(mg)

Pan de centeno------------- 241 / 7 / 51 / 1 / ?
Pan de trigo blanco--------- 255 / 7 / 55 / 0,8 / 500
Pan de trigo integral-------- 239 / 8 / 49 / 1,2 / 650
Pan de trigo molde blanco-- 233 / 7,8 / 49,7 / 1,7 / 540
Pan de trigo molde integral- 216 / 8,8 / 41,8 / 2,7 / 540
Pan tostado tipo biscote---- 411 / 10 / 75 / 4,3 /Como este pan es industrial varia su contenido segun fabricante pero suelen ser elevados.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Deficiencias minerales y calambres musculares

Las dietas pobres en frutas y verduras pueden dar lugar a deficiencias nutricionales que podrían ser la causa de los calambres musculares

La posibilidad de conocer los minerales y vitaminas implicados en los nervios y músculos que permiten la contracción muscular da opción a usarlos como tratamiento para los calambres musculares, contracciones que no podemos controlar de manera voluntaria que van acompañadas de molestias e, incluso, dolor. Se pueden producir por agotamiento de la fuerza del músculo debido a un trabajo muscular intenso y mantenido, por afecciones nerviosas o por deficiencias nutricionales específicas.

La falta de minerales, como el magnesio o el potasio, y de vitaminas del grupo B, como la B1 y la B3, suele influir en la intensidad de los calambres musculares. En ocasiones, la revisión de la dieta y la elección de alimentos ricos en estos minerales resultan suficientes para experimentar mejoría. Otras veces se requiere de un complemento dietético específico en estos nutrientes para que el malestar remita.

Nutrición y movimientos musculares


Son comunes los calambres en los dedos de la mano que se utiliza para escribir o los calambres nocturnos sobre los músculos de la pierna o los pies. El riego sanguíneo inadecuado, compresiones de los nervios, como la que produce la ciática y la falta de ciertas vitaminas y minerales en la dieta son algunas de las causas implicadas en esta dolorosa afección. Por otro lado, los calambres musculares forman parte del cuadro de síntomas de enfermedades neurológicas, trastornos hormonales, diabetes, hipoglucemia o anemia, que habrá que descartar por medio de una historia clínica completa si el malestar continúa.


Los principales minerales involucrados en el desarrollo de un calambre son el sodio, el magnesio, el calcio y el potasio. Pero estos no son los únicos nutrientes relacionados con este problema muscular; las vitaminas B1 y B3, o incluso la vitamina D y la E han demostrado su influencia. De hecho hay diferentes estudios científicos en curso que exploran su acción sobre los calambres musculares.

Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) estudian la eficacia de la vitamina D para retrasar la aparición y disminuir la frecuencia de los calambres en personas mayores que previamente se han tratado con quinina, el único fármaco que hasta el momento se ha revelado como efectivo, pero cuyo perfil de seguridad está cuestionado. También se están realizando pruebas clínicas en el Lawson Health Research Institute en Ontario (Canadá), que pretenden probar la hipótesis de la suplementación efectiva de vitamina E para tratar los calambres musculares.

Magnesio, potasio y calcio.

Desde la Universidad canadiense British Columbia, en Vancouver, se investiga sobre el papel del magnesio en los calambres que se producen en reposo. Se mide el estado nutricional en este mineral en los pacientes y se comprueba si la ingesta de complementos de magnesio puede alargar el bienestar entre estos dolorosos episodios. El magnesio es un mineral que debe mantenerse en equilibrio con el calcio, el sodio y el potasio para que el sistema neuromuscular funcione de la forma adecuada y evitar así las contracciones involuntarias de los músculos.

La deficiencia de magnesio es una causa reconocida de estos problemas. En los casos que han trascendido a la literatura científica en las últimas décadas, como la revisión llevada a cabo desde el Trinity Medical Clinic de Newfoundland en Canadá, las causas más comunes de hipomagnesemia son el ejercicio excesivo y la utilización de diuréticos. En la actualidad, diversos centros de investigación buscan una solución alternativa a la quinina por su contrapartida de efectos secundarios y el magnesio es un candidato a ser protagonista de esta posible terapia.

Según investigadores del Departamento de Medicina Geriátrica de la Keele University (Reino Unido), parece ser que un suplemento de 300 miligramos de este mineral podría mejorar los calambres musculares, aunque los mismos autores del estudio publicado en el "Medical Science Monitor", advierten de que se necesita más investigación para apoyar la suplementación con magnesio como una terapia válida en este sentido.

Una alimentación pobre en frutas, verduras y hortalizas suele ser la causa frecuente de deficiencia de potasio que en los casos severos se llama hipokalemia. Un estado nutricional deficiente en este mineral puede ser otra de las causas de calambres musculares, ya que la falta de potasio da lugar a alteraciones en los potenciales eléctricos de la membrana (los motores de la acción muscular), que no pueden determinar el reposo o el movimiento. El uso de diuréticos o las diarreas frecuentes también están asociados con la falta de potasio y la aparición de los calambres.

La suplementación con calcio se ha usado con cierto éxito en investigaciones que han tratado con este mineral los calambres en las piernas de mujeres embarazadas. No obstante, los expertos sugieren que no sería prudente extrapolar estos hallazgos a la población en general, ya que hay pocos estudios realizados al respecto y no hay evidencia científica para identificar el desequilibrio nutricional de este mineral como la causa de los problemas musculares y, mucho menos, para apuntarlo como una ayuda válida en estos casos.

CALAMBRES TRAS PRÁCTICAR DEPORTE

Los espasmos musculares involuntarios que suelen darse tras la práctica intensa de cualquier actividad deportiva en un ambiente con altas temperaturas se pueden prevenir. La clave está en evitar la pérdida de electrolitos, sobre todo de sodio , que resulta de la excesiva sudoración durante el ejercicio físico.

Los deportistas que tras una actividad intensa se rehidratan sólo con agua no reponen sus pérdidas minerales, por lo que pueden sufrir de hiponatremia que suele ser la causa de los calambres. En estos casos, recurrir a bebidas isotonicas que contienen una combinación adecuada de los nutrientes que se pierden por el sudor suele ser suficiente para compensar las pérdidas.

Culturismo global en pruebas deplegable